martes, 26 de enero de 2010

SE ARRANCÓ LA BOCA



Dibujo de Mariaphan. Aquí puedes encontrar su "Arte".
El texto inspirado en la entrada de su otro blog: A doscientos kilómetros.



Volvía a su casa arrancándose a jirones la boca. Ese día le dolía todo lo que había dicho, todo lo que había dado, todo lo que había hecho y le dolía volver a decir nuevas cosas. Cosas buenas o malas. Cosas que pensaba y que no quería que salieran afuera. Por eso mismo decidió arrancarse la boca de cuajo. La decisión había sido drástica, pero prefirió hacerlo así. Se conocía demasiado bien y sabía que siempre apuraba un último cartucho: “La última espuela que decían en su pueblo” y por eso mismo, la arrancó y la dejó tirada en un contenedor de la calle más cercana al desengaño. Sabía que si la dejaba allí, le costaría mucho ir a buscarla, ir a volver a intentar algo que no merecía la pena. Nunca le importó lo que otros llamaban rebajarse o humillarse, para ella sólo era un intento de recuperar lo que podía perderse y ahora se daba cuenta que aquello que tanto buscaba, desde un principio estuvo perdido…, ¡su inocencia o ingenuidad! –pensaba- , pero ya lo mismo daba lo que fuere que le impulsaba a hacer aquellos intentos, aquellos esfuerzos o aquellos… ¿cómo llamarlo?, ¿ridículos?, ¿ponerse en evidencia, hacer el panoli? Ya tanto da –seguía pensando- La he dejado allí en el contenedor. De allí no saldrá, por lo tanto me he quedado muda. Ya el silencio será mi bandera. El silencio será mi objetivo y en silencio y por dentro, derramaré el llanto, la impotencia y todo esto que me ha llevado a tomar esta última decisión.

Empuja la puerta de su casa con furia, mientras sigue pensando:"Pero si que estoy segura de que aún sin boca, me voy lamer las heridas, me voy a curar y mi crecida va a ser la más grande, la más apoteósica y la mejor de mi vida, porque me obligan a arrancarme la boca, pero nunca me arrancarán mi manera de ser y de sentir".


Nani. Enero 2010.

martes, 19 de enero de 2010

LA CARTULINA

Bebe agua sorbito a sorbo. El vaso lo retiene en la mano sin ser suficientemente consciente de lo que hace. La mirada perdida se fija en un punto inexistente. Al cabo de unos minutos parpadea, vuelve a tomar otro sorbo de agua y sonríe. Al volver a la realidad la mirada se le ha dulcificado y mecánicamente, deja el vaso sobre la mesita. El rostro que antes estaba contraído, ahora está relajado y sus labios siguen marcando una dulce sonrisa. Sale al pasillo, empuja la puerta de la salita, se acerca a la pequeña estantería de libros y extrae uno que aunque hubiera tenido tapados los ojos, lo hubiera encontrado sin esfuerzo alguno. Lo abre y saca de entre las páginas una cartulina. Fija sus ojos en el papel, lee despacio y vuelve a leer una y otra vez. Se acerca el rubio papel a los labios y lo besa. Los movimientos son muy pausados, disfrutando los minutos y gozando los párrafos que acaba de leer. Se recrea en la última lectura, vuelve a dejarlo en la página abierta del libro y lo cierra, colocándolo de nuevo en el hueco que había ocupado. Sale de la salita y vuelve sobre sus pasos. Entra en la terraza y aspira con fuerza el aire fresco del atardecer que le acaricia la cara.


Nani. Enero 2010.

miércoles, 6 de enero de 2010

LA NOCHE MÁGICA

Había tardado mucho rato en dormirse y se sentía cansado. Sabía que si no seguía durmiendo no vendrían y se resistía luchando con el sosiego y la curiosidad que le producía el haber escuchado ruidos cerca. Sabía que lo aconsejable era seguir metido entre el edredón y el colchón pero, ¡era tan tentador cogerles infragantes! Empezó a hacer planes y como hacer para no producir ningún ruido y no ser observado. Lo peor era llegar sin tropezar, puesto que sería impensable encender la luz. No recordaba con exactitud donde dejó tirados los zapatos y probablemente tropezaría con ellos, así que se tiró de la cama y gateó palpando hasta encontrarlos. Los apartó y con sigilo se acercó al picaporte de la puerta, lo giró con mucho tiento y casi de puntillas empezó a bajar las escaleras. Una pequeña luz como la que produce una linterna, se deslizaba en la parte inferior de la casa. Unos susurros se escuchaban y le produjeron una extraña sensación sintiendo un escalofrío por la espalda. Le dieron ganas de salir corriendo hacía arriba y volver a refugiarse en el calor de la cama, pero algo le impedía moverse. El frío de los peldaños y la situación hacían que los dientes le castañetearan y le embargó un miedo enorme, pensando que llegaran a sus oídos el incesante chocar de dientes y el latido frenético de su corazón. Intentó relajarse y en eso estaba, cuando una mano se posó en su hombro. El grito que salió de su garganta fue tan espantoso, que antes de darse cuenta, se encontró rodeado de toda la familia. Su madre le sujetaba y su padre le repetía que la pesadilla había terminado. Cuando se despertó del todo, papá, mamá y sus hermanos mayores, todos a una le decían que se tomara la leche calentita y se volviera dormir, que aún era temprano para que los Reyes Magos vinieran. Que debía estar tranquilo y así ellos pasarían por su cuarto con toda su magia a dejarle todo el amor que ellos saben dar. Se tomó la leche, se acurrucó y lo último que recordaba, fue la mano de mamá cogida con fuerza a la suya.

Deseo que tengais un Feliz Año 2010.

Nani. Enero 2010.