Esperó hasta dormirse y soñó con otra
Navidad en la que
comería una sopa de picadillo y un trocito de turrón de yema. Vendrían los
Reyes Magos, irían al pueblo a ver a los abuelos e incluso podrían mirar en la
chimenea por si acaso había algo.
No entendía
porque cambió todo y cuando despertó, hizo la pregunta que le hacía llorar: “Mamá, ¿Está relacionado que los
Reyes no quieran venir con el trabajo de
papá?
Nani. octubre
de 2014